Manizales

Imagínense una casa de una vereda en un poblado que parece perdido en medio de la naturaleza, con paredes de latas, con una sala de espera improvisada en un andén, con lámparas que parecen piezas de una tienda de antigüedades, así es el Centro de Salud del corregimiento San Diego en el municipio de Samaná, y donde está la vereda El Congal, un territorio marcado por la violencia.

Llegar allí desde Manizales, requiere cerca de 12 horas de camino, eso sí, si las vías están en buen estado, sin embargo, hasta allí llegaron 2 jóvenes médicos que, pese a estas situaciones, han venido trabajando por la comunidad, así lo cuenta el médico Luis Fernando Camacho, médico local, “cuando llegamos aquí la primera impresión, nos dijeron que es esa cara de desconcierto, porque cuando uno ve la planta física uno si se asusta mucho pues si uno ve esta planta física si se imagina la carencia del lugar”.

Casi que como caído del cielo para los 7 mil habitantes de la zona y para los mismos médicos, llegó una noticia que tendrán un verdadero centro de salud, así lo anunció el director de la Territorial de Salud, Jorge Rubio Jiménez.

“Esperamos finalizar esta obra y entregarla al servicio de la comunidad y del corregimiento al final de abril, exalté que son dos médicos que están ejerciendo su profesión hace poco y están trabajando en conjunto (…) las instalaciones donde están trabajando actualmente son muy precarias, es increíble el compromiso del talento humano para brindar un buen servicio a la comunidad”.

Son muchos años esperando este regalo prometido, que cambiará la historia de una comunidad que ha sufrido los golpes de la guerra, así lo explica el gerente del hospital San José, Juan Carlos Hernández.

“Es un corregimiento bastante alejado, es una obra de gran impacto para toda la comunidad”.

En el mes de abril esta historia se contará diferente, ya no hablaremos de las paredes de zinc ni de las lámparas de anticuario, ahora hablaremos de un moderno centro de salud, digno de esta comunidad.